Está tocado por la varita mágica. O, en todo caso, la varita la lleva él, en su botín derecho, en su expresión corporal. Julián Alvarez siempre despierta una sonrisa. Y un aplauso: todo lo que consiguió a los 22 años, a otros les lleva varias vidas. Estrella de River, figura de recambio en Manchester City. Se trata, en este caso, de encapsularlo en el último semestre. De Qatar a hoy, un mundo. De la timidez en la selección a la furia del Mundial, imprescindible del prólogo hasta el final, a toda orquesta. Doble campeón en Manchester City, finalista de la Champions League. Casi siempre suplente, casi siempre decisivo, con goles indelebles. Y todo, pero todo, con una sonrisa.